Diciembre es el mes de los balances. Uno mira para atrás al recorrido andado en el año, y si hubieron objetivos e intenciones de lograr algo, es el momento de hacer una mirada y ver que tanto se pudo acercar a esos objetivos en función de lo hecho.

En el rugby juvenil, pocas personas están más involucradas que Santiago «Yacu» Romero, un incansable trabajador, que siempre está en busca de otra vuelta de tuerca para que nuestras juveniles puedan llegar a su mejor versión. Es por eso que elegimos escuchar la voz y criterio de él a la hora de pensar en las Juveniles 2018.

Sin más que agregar, nos metemos de lleno en sus palabras.

Objetivos

 «El objetivo principal de las juveniles siempre es formar jugadores y desarrollarlos para que puedan integrarse y desempeñarse lo mejor posible en un plantel superior. Nos interesa más el desarrollo de sus destrezas individuales, su comprensión conceptual del juego y su formación humana, que el aprendizaje de un plan de juego.»

  El rugby y la estructura de nuestro club han crecido notablemente en los últimos años, y eso dio la posibilidad de pensar dos equipos por división que, si bien todos tienen el objetivo principal del que habla «Yacu», al interior de cada división cada equipo tiene objetivos diferentes. Así se conforman los bloques «A» y «B» de las juveniles. El bloque «A» tiene un objetivo más apuntado a la competencia, y el bloque «B» más apuntado al desarrollo (lo que no quiere decir que esos objetivos estén presentes en los dos grupos).

En función de estos objetivos, Romero Diaz analiza el año de cada división.

M-15

 «Tuvo altibajos. Momentos de muy buen rugby y en otros decayó mucho. No obstante es la división que más juego a la punta propone, tiene el juego más  vistoso de todas las juveniles y tuvieron un muy buen número de jugadores todo el año. Fue donde menos costó organizar los equipos «A» y «B».

M-16

«Un plantel muy corto, lo que hizo difícil el armado del equipo «B». En el juego tuvo un crecimiento notable, fue muy de a poco, pero siempre constante en el año, y terminaron entrando a semifinales muy bien, jugando muy buen rugby. Es la división más balanceada en cuanto juego de forwards y backs.»

M-17

«También le costó un poco el armado del equipo «B». Tienen mucha actitud y así es como entraron a las semifinales, con un pack de forwards extremadamente aguerrido, gran pack.»

M-19

«Buen número de jugadores. Una lástima que el «A» no haya entrado a semifinales, porque se entrenaron mucho, hicieron un gran esfuerzo y hasta la última fecha estuvieron ahí con posibilidades. Y muy meritorio lo del «B», que también, a base de mucho compromiso y entrenamiento, jugó de vuelta la final.»

 «Yacu» cierra su análisis con una calificación de «más que conforme» en cuanto a objetivos y rendimientos, pero sabe que hay mucho por trabajar y mejorar para 2019. Uno de los trabajos más importantes es la consolidación de equipos «A» y «B» estables en todas las divisiones ¿Por qué? Porque el año es largo, se necesita de todos los jugadores, es la mejor forma de que cada jugador encuentre su lugar en el grupo, la única forma de estimular el crecimiento individual (a través de la competencia sana y la cooperación entre jugadores), y la forma de pensar una cantidad de jugadores considerable con nivel, para futuros planteles superiores.

 

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