Finalizo el mundial de menores de 20 años en Italia. Argentina cerró su participación con una victoria frente a Japón que lo ubicó en la 9na posición del torneo. Posición, para muchos, mentirosa ya que los juveniles de Argentina, por cosas del deporte, detalles que hacen que un resultado final se vuelque para uno u otro lado, no permitieron ubicarlos en una posición más alta.
Lo cierto es que Argentina jugó un gran mundial: perdió en la última jugada del partido inaugural frente Irlanda, donde todos los créditos se los lleva el pateador irlandés, que metió una patada casi imposible por su angulación. En segundo turno jugaron de igual a igual frente a los que más tarde serían los eventuales campeones, los «Baby Blacks» (como se conoce mundialmente a los juveniles de Nueva Zelanda). En ese partido Los Pumitas tuvieron contra las cuerdas a los «kiwis» y pudieron haberse quedado con un triunfo histórico, pero que finalmente fue para los de negro por diferencia de 3 puntos. Luego llegó Escocia, que en los papeles parecía el equipo más accesible del grupo, pero seguramente producto del cansancio físico y mental tras tan duras batallas jugadas anteriormente, terminó siendo el partido más bajo en cuanto a nivel para los argentinos; lo que los ubico en la última posición del grupo. A partir de ahí llegó una suerte de «resurrección» celeste y blanca, donde derrotaron con mucha jerarquía a Italia en primer turno y finalmente a Japón.
En todos los encuentros siempre hubo presencia hípica en la cancha. La más destacada sin duda fue la de José Deheza, quién titularizó los 5 partidos y fue una de las figuras en todos, especialmente contra Nueva Zelanda (a quienes «maltrató» físicamente) y Japón (donde además marcó 2 tries).
«Juanchi» Mallia aportó lo suyo. Con un año menos para la categoría, y con su humildad característica, casi sin pensarlo ni imaginarlo terminó entre los 15 titulares del debút frente a Irlanda, donde tuvo reiteradas participaciones, todas ellas resueltas de forma prolija. Luego fue titular frente a Escocia, donde fue uno de los puntos altos del conjunto argentino y finalmente le tocó venir desde el banco en el partido final frente a Japón. Al juvenil back le queda un año más para jugar en la categoría, lo que significa un año más para desarrollar su juego, que por lo visto en este certamen, puede ubicarlo como figura del equipo el año entrante. Ojalá que así sea.
¡Felicitaciones chicos por el esfuerzo y la entrega en todo el proceso! Dejaron al Jockey Club Córdoba en lo más alto del rugby nacional y una gran imagen a nivel mundial; y eso va a ser siempre algo para agradecer y reconocer. Les deseamos carreras deportivas exitosas y que esto sea sólo el comienzo de un sin número de grandes momentos para vivir en sus vidas.
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